Erica Cusi Wortham (2013)

Indigenous Media in Mexico. Culture, Community, and the State


Durham & London: Duke University Press, 265 p.

 

Reseñado por Claudia Magallanes-Blanco

Universidad Iberoamericana Puebla, Departamento de Humanidades

 

 

El libro de Erica Cusi Wortham hace una valiosa contribución al campo de los estudios de los medios de comunicación indígenas. Partiendo de un punto de vista antropológico la autora propone la categoría “Visibilización de la cultura” para el análisis de las experiencias de los medios indígenas, principalmente el video, como procesos que vinculan la cultura con formas de organización social y política, contribuyendo a la autodeterminación y el ejercicio de los derechos de los pueblos indígenas. El análisis realizado de experiencias concretas de video permite comprender el fenómeno mediático indígena como el resultado de complejos y entrelazados procesos políticos, sociales y culturales que dan lugar a cambios sociales. Los medios de comunicación indígenas son discutidos como herramientas para la generación y circulación de conocimiento y de cultura. La autora discute distintas formas de acercarse a los medios como herramientas de comunicación o como herramientas para la “comunicación de lucha”, partiendo de las maneras en las cuales estas herramientas son conceptualizadas y transmitidas por actores diversos. Esta distinción refleja asimetrías en las distintas formas de concebir a los medios de comunicación a la vez que a los pueblos indígenas, las cuales a su vez reflejan diferencias en la manera de enseñar o capacitar en el uso de los medios y en las definiciones del sentido y la utilidad de las herramientas de comunicación en el interior de una comunidad.

 

La autora, antropóloga de formación, se presenta ante los lectores como sujeto de su propia investigación al asumir su posicionamiento como académica a la vez que como mujer mexicana-estadounidense, proveniente de un ámbito urbano. Erica Cusi Wortham asume una relación cercana, producto del trabajo de campo y de la relación interpersonal cuidada y respetuosa, con algunos de los proyectos y personas que presenta en el libro. No obstante, esta cercanía no le impide proyectar una mirada crítica sobre las prácticas, los procesos y las formas de actuar de los sujetos protagonistas de experiencias de comunicación indígena que ella analiza.

 

Indigenous Media in Mexico está organizado en tres partes, la primera brinda una contextualización sobre la emergencia del video indígena en México en la que hace un recuento detallado de las políticas estatales en torno a los pueblos indígenas y se centra principalmente en el indigenismo como política pública y en el proyecto de Transferencia de Medios como programa específico. En este apartado se detallan los logros, retos y contradicciones de crear e implementar un proyecto de transferencia de medios audiovisuales y la creación de centros de video indígena en y para las comunidades desde una instancia del gobierno federal. Este aparatado proporciona las bases para comprender el desarrollo de proyectos de video indígena independientes del programa gubernamental pero con una fuerte influencia de las formas de enseñar el uso y la concepción de la herramienta del video en concordancia con la mirada gubernamental.

 

La segunda parte examina de manera detallada, basándose en entrevistas, viajes de campo y revisión de materiales audiovisuales las experiencias de Fundación Comunalidad A.C., K-Xhon Video-Cine Zapoteca, Ojo de Agua Comunicación S.C. y Radio y Video Tamix en el estado de Oaxaca. Estos proyectos permiten comprender la naturaleza comunitaria, compleja y política de las experiencias de realización de video en comunidades indígenas sin idealizar a los medios o a los pueblos que producen mensajes con ellos. Los distintos casos reflejan conflictos y tensiones en el interior de las comunidades y en la relación con agentes externos a distintos niveles (gubernamental, social). Las cinco experiencias hacen evidente que no existe un proyecto unificado de video indígena, ni una sola manera de valorar las aportaciones de la producción audiovisual para la cultura de cada comunidad, o para sus formas de resistencia cultural, política o lingüística.

 

La tercera parte del libro presenta el caso del Proyecto de Medios de Comunicación Comunitaria (PROMEDIOS) o Chiapas Media Project en inglés, como un punto de contraste con las experiencias oaxaqueñas. El proyecto de video de las comunidades autónomas zapatistas en rebeldía se discute para enfatizar diferencias en las formas de comprender la identidad cultural, la autonomía y el papel de los medios en contextos distintos de marginación, lucha y resistencia. La revisión de esta experiencia también permite contrastar la forma en la cual las comunidades se apropian (o no) de los proyectos de video como parte fundamental de la vida comunitaria. El caso de PROMEDIOS permite la discusión sobre los mecanismos de distribución y financiamiento de proyectos audiovisuales, abriendo la puerta a los circuitos de festivales y muestras internacionales y haciendo énfasis en la necesidad de las audiencias externas para la sostenibilidad de los proyectos en el largo plazo.

 

En el libro Erica Cusi Wortham menciona pero no ahonda en las relaciones y redes locales, nacionales e internacionales que permiten no solo la distribución sino también la capacitación en el uso del video en la actualidad. Tampoco discute la relación de proyectos de video con proyectos de radio (comunitaria, indígena, no vinculadas necesariamente con el sistema de radiodifusión indigenista) en México y en otras partes del mundo, o la manera en que las experiencias analizadas se vinculan con estrategias más amplias de comunicación a nivel internacional, que abonan a movimientos y movilizaciones sociales en contra del neoliberalismo, los megaproyectos transnacionales o proyectos extractivistas. No obstante, el libro permite conocer los cimientos de la producción de video indígena en México y presenta algunas claves de la dimensión internacional desde la mirada de los festivales como circuitos de exhibición y distribución necesarios para la continuidad de muchos proyectos.

 

En conclusión, el libro discute distintas expresiones locales de cultura y autonomía. Si bien la autora no se refiere de manera central al video como una forma de activismo cultural, sí reconoce que la práctica de la producción mediática y los productos específicos de la misma, es decir los videos, son elementos importantes de las luchas por la autonomía, la autodeterminación y el ejercicio de los derechos de pueblos indígenas. Lo que sí se discute y sustenta claramente en el texto es que el video como proceso y como producto tiene una dimensión política que refleja tensiones, contradicciones y resistencias en el interior de las comunidades y en sus relaciones con otros agentes externos. El libro permite comprender aspectos específicos de proyectos de video indígena en México y a través de ellos vislumbrar elementos de la comunicación indígena en general.